De traducciones y portadas


Andaba hoy por esos mundos de Internet, buscando información sobre Almudena Grandes para pasársela a una alumna interesada en la literatura contemporánea española y me he tropezado con esta, en mis ojos, tropelía del mundo editorial. Comprendo, comprendo, queridos lectores, que no se pueden hacer traducciones directas de los títulos y que no todas las portadas se pueden internacionalizar, ¿pero esto? ¿De verdad es necesario en dos culturas cercanas, en dos países europeos? El título original despierta las mismas asociaciones para un lector español que para un alemán, creo yo. Julio Verne, ese escritor de novelas de aventuras, de ciencia ficción, inventor de lo improbable que le ha quitado horas de sueño a generaciones de niños. En alemán el título es "El enemigo de mi padre". ¡Toma ya!, ¿y ese quién era? ¿El que se casó con tu madre en segundas nupcias? Un crítico alemán en su reseña
dice que es "un título indescifrable".
 Le pregunto a mi IPN (informante personal nativo) quien decididamente se decanta por "El lector de Julio Verne", un título más sugerente que apoyado en la foto con los niños, se puede interpretar y ayuda a decidir si leerlo o no. Para las editoriales, una gran ayuda en el proceso de decisión de compra, que de eso se trata, al fin y al cabo.

La foto, la foto... Esa es otra historia...
¿Quién es andaluz? Que levante la mano. ¿Quién es jornalero de Jaén? Que levante la mano. ¿A quién se le han caído encima las estrellas en una noche cerrada en un olivar? Aunque no hayas levantado la mano, seguro que está foto inquietante y evocadora te pone la piel de gallina y hace que se te encojan las entrañas: un tricornio enseñándole a tres hijos de republicanos a persignarse. Se te saltan todos los fusibles y empiezas a murmurar " por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos señor nuestro".... Los españoles de más de cuarenta sabemos bien, o deberíamos saber, las implicaciones de esta foto, independientemente de la interpretación que se les haga. No es precisamente lo que me dice mi informante alemán "un soldado que está hablando con unos niños". Aquí volvemos al tema original de mi entrada, ¿es necesario cambiarle la foto de la portada a la traducción alemana de El lector de Julio Verne?
Mi informante no ha pisado una iglesia, y menos una católica, en su vida. No se ha tenido ni que persignar, ni confesar, ni despegarse la hostia con la uñita después de tener que comulgar. La Guardia Civil para él son los que te ponen las multas cuando vas por la autovía española a la misma velocidad a la que estás acostumbrado a circular por la autopista alemana. Y a pesar de carecer de pistas históricas y culturales, en su opinión la foto de la portada española le da mil vueltas a la de la edición alemana. Tiene más garra, te atrapa, te obliga a pensar sobre el significado de ese gesto de ternura. Ese hombre acicalado, con botas relucientes, arrodillado en un terregal con tres niños de pueblo. ¿Qué significa, qué historia hay detrás?¡A leerlo!

Ach, Almudena, die militante Muse der Linke!! ¡Qué flaco favor te han hecho tus libreros alemanes!!
Reseñas y recepción de la novela en Alemania:
http://www.hanser-literaturverlage.de/buch/der-feind-meines-vaters/978-3-446-24125-1/
http://www.deutschlandradiokultur.de/auf-der-seite-der-guten.950.de.html?dram:article_id=237404
http://www.focus.de/kultur/buecher/literatur-almudena-grandes-der-feind-meines-vaters_aid_908301.html
http://www.belletristik-couch.de/almudena-grandes-der-feind-meines-vaters.html


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