Competencia intercultural, ¿un aspecto superado en la didáctica de ELE?

Hoy me he tropezado con esta presentación hecha en aquella época quijotesca mía en la que, por encargo de la hoy practicamente asimilada Langenscheidt Verlag, me recorría Alemania haciendo formaciones de profesores. En 2006 tocaba tratar el tema de la competencia intercultural. Recuerdo perfectamente a un participante del taller, que me miraba con mucho escepticismo y al final, vino a darme las gracias y a confesarme que no tenía ningunas ganas de asistir a la formación porque no comulgaba con aquellos que entendía la competencia intercultural como aceptar las tradiciones y costumbres de otras culturas sin rechistar y adaptarse a ellas.  Para mí, y para muchos expertos, sin embargo, la competencia intercultural es una de las competencias necesarias para alcanzar la competencia comunicativa en la L2.  Lo cual no implica que a mí personalmente algo me guste algo o no, muestre una comprensión infinita y un deseo de mimetizarme tremendo.
Pongo un ejemplo porque tiendo a expresarme como un libro cerrado. En Alemania, en alemán, la gente, por ejemplo, suele despedirse  y se va rápidamente. En español,  tendemos a decir que nos vamos, luego lo repetimos, por fin nos levantamos y diez minutos más tarde, nos vamos. Si andamos apurados, el ritual se acorta, pero no se suprime. Así, como aprendiente de alemán, tendré que acostumbrarme a decir adiós y a marcharme rápidamente, porque es lo que se espera de mí. Como profa de ELE, tendré que practicarlo en clase para que los estudiantes sean conscientes de este aspecto, a través de herramientas como la sensibilización lingüística, enfocada a la forma, analizando el discurso...
Sin embargo, parece ser que no ha calado este enfoque de análisis del discurso, y todavía se sigue considerando por algunos, como un acumular saberes sobre la cultura de la L2, tirando incluso a lo folclórico. Sí, así seguimos en el  2015 anno domini. Tengo la impresión que la competencia intercultural se sigue viendo con un aspecto desacoplado de la competencia comunicativa. Por eso creo, que esta presentación, viejecilla sí que es, pero no por eso ha perdido vigencia.



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